Llegar y comenzar a girar por la ciudad grabando sonidos. Sentir el impacto de ver mucha gente durmiendo en la calle en una época de extraña tensión e incertidumbre. Disfrutar mis paseos por el barrio de Once con sus veredas llenas de vendedores ambulantes y sentirme identificado con una pista de auto de juguete y un reloj de pared. Ver en esos productos un autorretrato de esos días, en los que me encontraba girando sin parar.
Un viaje en taxi nocturno me sirvió para recrear  la idea del adentro y el afuera, entre lo que sucede sonoramente en el interior del vehículo (radio, frenos, google maps, etc.) y por otro las grabaciones que realicé en mis recorridos (alarmas, vendedores ambulantes, un misa, personas en situación de calle, etc.).
Utilicé el material sonoro para generar una conversación entre el adentro y el afuera, como si bajaras la ventanilla del auto y los sonidos se metieran, para que eso sucediera superpuse a los diálogos los sonidos recogidos del exterior.
Lo que se puede ver es una maqueta a pequeña escala, un mapa imaginario donde conviven todas esas capas de información externa de algo que pasó.
Si el espectador lo desea, para acompañar la escucha puede poner el auto de juguete en funcionamiento, y antes de retirarse apagarlo.